La Comunicación en tiempos de guerra.


 

La radio era un factor clave en la Segunda Guerra Mundial ya que proporcionaba informaciones que estaban sometidas a censuras en la mayoría de los países beligerantes. Así mismo las emisiones extranjeras eran muy buscadas por los habitantes de los países en guerra, sobre todo en programas en su misma lengua.

Cada estado difundía informaciones en la lengua de sus enemigos para no sólo informarlos, sino echar por tierra la moral de la población. Cuando la mayor parte del continente europeo fue ocupada por los alemanes, escuchar la radio inglesa fue a menudo la primera forma de resistencia.

También fue por radio que más tarde se establecieron los contactos entre los resistentes y las fuerzas aliadas. De manera que este medio de comunicación desempeñó un papel fundamental en la estrategia.

La radio ante todo fue un arma psicológica, no sólo por sus emisiones de información sino también por la intoxicación producida a sus adversarios. Ese fue el papel de las radios negras que ocultaban su origen para intoxicar a la opinión de los países enemigos. También contribuyó, en algunos casos, a la finalización del conflicto. Por ejemplo en 1943 en Italia la radio fue utilizada para hacer ganar Malta por los barcos italianos. 

El estallido de la primera Guerra mundial en agosto de 1914 supuso una importante transformación en el campo de la comunicación. Este hecho se concreto en la puesta en practica de enormes campañas de información y propaganda planificadas y organizadas desde los estados a partir de los estudios científicos sobre colectividades, perseguían crear una respuesta uniforme.

En este momento se fueron aprovechando las experiencias acumuladas en la publicidad comercial para consolidar la propaganda. En el verano de 1914, Europa estuvo sacudida por un movimiento patriótico y nacionalista que tuvo como manifestación mas simbólica el asesinato del socialista francés J. Jaure.

Los gobiernos maniobraron ante la respetivas opiniones publicas para presentarse como victimas frente a la agresión externa. Una vez rota la hostilidad hacia la intervención en la guerra, el objetivo fue mantener una adhesión hacia las decisiones gubernamentales durante el conflicto.

Había que entrenar y preparar psicológicamente a las personas civiles y a los propios soldados, la mejor maneta de llevarlo a cabo era a través de la persuasión que ofrecía el control de la información y el manejo de los medios de comunicación.

La propaganda informativa se fue configurando a lo largo del conflicto como un instrumento de primer orden en manos de los gobiernos y estados mayores.


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