Origen del lenguaje.


 El origen del lenguaje usado por los humanos ha sido motivo de discusiones académicas durante siglos. Aun así, no hay consenso sobre su origen o su edad definitivos, ni siquiera sobre si se originó en un solo punto o a la vez en varios lugares. Un problema que hace el tema difícil de estudiar es la falta de pruebas directas, puesto que ni las lenguas ni la habilidad de producirlas se fosilizan. 

Consiguientemente, los estudiosos que quieren conocer los orígenes del lenguaje tienen que sacar inferencias otros tipos de pruebas, tales como la evolución humana o de pruebas arqueológicas, de la diversidad lingüística contemporánea, de los estudios de la adquisición lingüística, y de comparaciones entre el lenguaje humano y los sistemas de comunicación existentes entre otros animales, y en otros primates. Generalmente, se acepta que los orígenes del lenguaje están fuertemente ligados a los orígenes del comportamiento humano moderno, pero hay poco acuerdo sobre las implicaciones y la direccionalidad de esta conexión.

El hecho que la evidencia empírica sea limitada ha conducido muchos estudiosos a considerar el tema entero como inadecuado para un estudio serio. En el año 1866, la Sociedad Lingüística de París llegó a desterrar los debates sobre el tema, una prohibición que restó influyente a lo largo de la mayor parte del mundo occidental hasta avanzado el siglo XX.

​ Hoy hay numerosas hipótesis sobre cómo, por qué, cuándo y dónde el lenguaje habría podido emerger por primera vez. Puede parecer que difícilmente estemos más de acuerdo hoy que hace cien años, cuando la teoría de la evolución por selección natural de Charles Darwin provocó una precipitación de especulaciones de poca monta sobre el tema.

Las aproximaciones al origen del lenguaje pueden dividirse de acuerdo con sus suposiciones subyacentes. Las teorías de continuidad se basan en la idea que el lenguaje es tan complejo que nadie se lo puede imaginar apareciendo simplemente de la nada en su forma final: tiene que haber evolucionado de sistemas prelingüísticos anteriores entre nuestros antepasados primates. 

Las teorías de discontinuidad se basan en la idea opuesta -que el lenguaje es un rasgo único que no se puede comparar a nada encontrado entre los no humanos y, por lo tanto, tiene que haber aparecido bastante de golpe en el curso de la evolución humana. Otro contraste se encuentra entre las teorías que ven el lenguaje principalmente como una facultad innata largamente codificada genéticamente, y aquellas que lo ven como un sistema principalmente cultural -en otras palabras, aprendido con la interacción social.

Las teorías basadas en la continuidad actualmente son apoyadas por la mayoría de estudiosos, pero varían en cómo conciben este desarrollo. De entre aquellos que ven el lenguaje como una cosa principalmente innata, algunos -especialmente Steven Pinker evitan especular sobre precursores específicos en primates no humanos, enfatizando simplemente que la facultad lingüística tiene que haber evolucionado por el camino gradual habitual.​ Otros en este campo intelectual -principalmente Ib Ulbaek— sostienen que el lenguaje evolucionó no de la comunicación de los primates sino de la cognición de los primates, que es significativamente más compleja.​ 

Aquellos que ven el lenguaje como una herramienta de comunicación aprendida socialmente, como Michael Tomasello, lo entienden desarrollándose de los aspectos en la comunicación de los primates controlados cognitivamente, y son estos principalmente gestuales en oposición a vocales. En cuanto a los precursores vocales, muchos teóricos continuistas prevén el lenguaje evolucionando de las primeras capacidades humanas para cantar.


Denessis Reyes De oleo

100586609

Prof: Rafael Paradell​

Comentarios