La objetividad, esa palabra tan utilizada por los propios periodistas pero que no siempre se lleva a la práctica. En esta ocasión, hablaremos de ella y también sobre la influencia de este concepto y su relación comunicacional en el tercer mundo.
La pobreza es tan longeva como la humanidad, pero el concepto Tercer Mundo es muy reciente. Fue creado por Alfred Sauvy en 1952. El sociólogo lo utilizó en un artículo titulado Tres mundos, un planeta para referirse a los países de África, Asia y América Latina, que conteniendo a las ¾ partes de la población mundial los calificó como “ignorados, explotados y despreciados como el tercer estado, los cuales quieren ser también algo”
El geógrafo Yves Lacoste es otra referencia. Escribió Geografía del Subdesarrollo, una obra maestra sobre el mundo subdesarrollado. Especialmente interesante son las 14 características que establece para definir qué es un país tercermundistas, algunas de estas características son;
insuficiencia alimentaria;
deficiencias poblacionales: alto porcentaje de analfabetos, enfermedades de masas, alta mortalidad infantil;
recursos desaprovechados o despilfarrados;
alto porcentaje de agriculturas de baja productividad;
poca población urbana y clase media débil;
industrialización incompleta y restringida;
inexistencia del sector terciario;
Entre otras.
Una de las técnicas para el avanza de estos países son las herramientas de comunicación objetiva, una comunicación centrada en sus políticas, necesidades y medios de superación. Esto es lo que ellos denominan como el concepto, Comunicación para el desarrollo, este aparece en el siglo XX y se refiere a toda una serie de estrategias comunicativas que se aplican a los llamados países del Tercer Mundo con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida. Se basa en el potencial de los medios de comunicación para conducir al desarrollo económico y, como consecuencia, provocar cambio social. Para ello, se emiten mensajes con fines educativos que iban dirigidos en principio a áreas como la agricultura, sanidad, nutrición, planificación familiar y desarrollo de las áreas rurales, entre otros. Más tarde se incorporaron otras como la ideología, la cultura y la identidad nacional.
Es a partir de los años 50, cuando se comienzan a utilizar de manera sistemática los medios de comunicación para fomentar el desarrollo. Tras la Segunda Guerra Mundial aparecen nuevas naciones independientes que se convierten en blanco de las políticas expansionistas de las potencias mundiales en el terreno económico. Los países del Tercer Mundo, serán los objetivos fundamentales de los planes de desarrollo que se comienzan a elaborar desde las organizaciones internacionales como la ONU, el Banco Mundial, UNICEF, UNESCO, PNUD, FAO etc, donde la herramienta clave eran los medios de comunicación.
La comunicación para el desarrollo alude al tipo de comunicación que debe estar intencionalmente dirigida y sistemáticamente planificada a la consecución de cambios concretos en la sociedad, en las instituciones y los individuos. Cuando la comunicación está ligada al desarrollo, nos dice la peruana Rosa María Alfaro, lo hace no sólo como aporte auxiliar y metodológico, sino como objeto mismo de transformación de la sociedad, constituyéndose, por lo tanto, en medio y fin.
Los primeros proyectos que se promovieron durante la década de 1960, a través de distintos organismos internacionales (Unesco, PNUD, Unicef, entre otros), perseguían el desarrollo económico y social de América Latina. La idea fundamental que guiaba la acción de esos proyectos, era la de conseguir mejorar las infraestructuras comunicativas, para asegurar que las campañas en salud, agricultura, educación formal y demás llegasen a todos los sectores sociales, y en consecuencia, se impulsaba la transformación económica y social de la región. Y precisamente con el objetivo que los mensajes llegasen a todas las capas sociales, los organismos Internacionales apostaron por sistemas de comunicación de masas. En este sentido, y según Hamid Mowlana, el fracaso de tales ambiciones se explicaría por dos razones:
- Se impulsó la transferencia de conocimiento a través de los medios de comunicación de masas sin tener en cuenta el fuerte nivel de desigualdad social de los países de la región. Este es llamado "modelo liberal-causal" por Hamid Mowlana y Laurie J. Wilson.
- Se relativizaron o menospreciaron las formas tradicionales de comunicación de las sociedades y pueblos.
En suma, la comunicación objetiva ha sido el motor del desarrollo del tercer mundo, centrándose en la comunicación que fomenta el crecimiento y tiene por objetivo expandir oportunidades de cambio en todos los países involucrados en la condición tercermundista. Sin embargo, no puedo irme sin aclarar que entre los principales países tercermundistas o del tercer mundo destacan Madagascar, Togo, Etiopía, Haití, Yemen, Camboya, Afganistán, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Paraguay, Colombia y Argelia, entre otros. Países que aunque con una comunicación casi desarrolla a nivel general aun se encuentra en esta lista. Ahora bien, y para concluir, algunos estudiosos sostienen que el término tercer mundo es obsoleto debido a que es un arcaísmo que describe una situación internacional de poder y estructura que existía después de la Segunda Guerra Mundial.
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